mardi 2 octobre 2012

Puerto Rico: Punto de Encuentro entre las Américas y Europa

A nuestras manos ha llegado este brillante ensayo del catedrático Francisco J. González Sosa. Pensamos que los nombres de Puerto Rico y Cuba podrían intercambiarse sin muchas dificultades. Después de todo, como dice la canción “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas”. Por su importancia dentro de la campaña de información que estamos llevando a cabo en nuestra asociación a favor de esta idea, vamos a compartirla con nuestros lectores a partir de hoy en seis partes. La séptima y útima: PUERTO RICO: PUNTO DE ENCUENTRO ENTRE LAS AMERICAS Y EUROPA


VII. Puerto Rico: Punto de Encuentro entre las Américas y Europa


La realidad de la globalización del comercio y la producción de bienes de consumo ha propiciado la creación de bloques comerciales entre naciones, y el desarrollo de nuevos mercados para la exportación de dichos productos. Puerto Rico, a pesar de su
privilegiada posición geográfica y de cierta autonomía fiscal bajo el ELA, no ha logrado desarrollar a plenitud su capacidad productiva ni estimular un nivel consistentemente alto de inversión de capital. Parte de la problemática, como ya se mencionó, reside en los poderes que tiene el Congreso estadounidense para unilateralmente imponer contribuciones o eliminar incentivos a las corporaciones establecidas en la isla. La falta de facultades para establecer lazos comerciales bilaterales tampoco ha permitido una mayor integración de la isla dentro de su entorno geográfico, resultando en una casi total dependencia en el mercado estadounidense como destinatario de las exportaciones puertorriqueñas. Debido a esto Puerto Rico no puede aprovecharse de la integración económica en el área propiciado por la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la continua apertura de Cuba al sistema capitalista. La Unión Europea, encabezada por España, también se encuentra concertando alianzas comerciales en la América Latina, especialmente con México, con el propósito de penetrar en ese mercado dominado actualmente por empresas estadounidenses. La expansión de la banca española en Argentina, Chile y Brasil es también señal del interés europeo por establecerse en la América Latina. El futuro de la región aparece claramente conectado a la integración regional y al tipo de relaciones que estos bloques regionales establezcan con las principales potencias económicas, es decir, Estados Unidos y la Unión Europea. Puerto Rico, siendo parte de la UE y conservando lazos comerciales con los Estados Unidos, poseería todos los atributos necesarios para servir de puente de enlace comercial entre el bloque norteamericano del TLC-NAFTA; los bloques regionales del Caribe (AEC) y América del Sur (MERCOSUR); y la Unión Europea. Hay que añadir que, como Comunidad Autónoma española, Puerto Rico estaría capacitado para actuar con independencia en muchas áreas económicas, facultad que siempre pudiese ampliarse mediante la delegación por las Cortes de competencia y poderes adicionales. En resumen, Puerto Rico puede convertirse en el eje comercial del Atlántico, al igual que lo son Hong Kong y Singapur en el Pacífico, si utiliza plenamente sus geografía caribeña, sus lazos culturales con la América Latina, sus relaciones comerciales con los Estados Unidos, y si establece lazos políticos con la UE que al mismo tiempo le faciliten su actuación independiente en el ámbito económico regional.

Conclusiones

A través de este artículo hemos tratado de presentar una alternativa innovadora que rompa el impasse en que se encuentra sometido el proceso descolonizador de Puerto Rico, debido a las profundas divisiones ideológicas dentro de la sociedad puertorriqueña, y a la ambivalente actitud hacia la isla que mantienen tanto el Congreso como la nación estadounidenses. Entendemos que es crucial lograr satisfacer al mayor grado posible aspiraciones, intereses y necesidades de todas las partes envueltas en este proceso, y que el desenlace sea uno que ofrezca la posibilidad de un futuro mejor para la sociedad puertorriqueña. Ninguna de las opciones tradicionales pueden garantizar simultáneamente la preservación de la cultura e identidad nacional; aumentar el desarrollo económico de la isla; y mantener lazos políticos con una superpotencia mundial que asegure la estabilidad política interna, ofrezca asistencia económica, y provea un horizonte más amplio para el desenvolvimiento del pueblo puertorriqueño. Sin embargo, la reincorporación de Puerto Rico a España cumple con todas las condiciones arriba establecidas: la Constitución española garantiza explícitamente el respeto a la cultura de las diversas nacionalidades dentro del país, estableciendo además las Comunidades Autónomas como expresión política y administrativa de esta identidad nacional separada (la Unión Europea por su parte extiende un reconocimiento similar a través del Comité de Regiones); como Comunidad Autónoma y entidad semi-independiente miembro de la UE, Puerto Rico poseerá la flexibilidad política y los recursos económicos para convertirse en el centro comercial y financiero del hemisferio; finalmente, los puertorriqueños se convertirían en ciudadanos de la Unión Europea, formada sobre firmes bases democráticas y con el potencial para desplazar a los Estados Unidos como la principal potencia económica del planeta. El liderato político puertorriqueño tiene la oportunidad de entablar un diálogo con España, con la UE, con el Congreso estadounidense y con el pueblo de Puerto Rico en que se discutan honestamente todas las avenidas para resolver el problema del estatus. Solamente la falta de imaginación y el rendir obediencia a intereses particulares impedirá el que Puerto Rico logre su descolonización y desarrolle plenamente todo su potencial. 

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