lundi 6 mai 2013

1878-1898: El movimiento autonomista en Cuba



1878-1898: El movimiento autonomista en Cuba

Muchos cubanos y españoles parecen olvidar su propia historia, muchas veces ocultada o ligeramente manipulada por el poder gobernante. Además a primera vista el autonomismo cubano es un fenómeno histórico de dificil comprensión, debido a la dualización que el paso del tiempo y muchos historiadores han sugerido. No debemos olvidar que Cuba fue la primera Comunidad Autónoma que existió en España, auque fuese por un periodo corto de tiempo.

Así el hecho de que entre el convenio del Zanjón y el grito de Baire existiese una fuerza política, el Partido Liberal Autonomista, que concentraba los mayores apoyos de los insulares blancos, viene a perturbar las visiones propias de un nacionalismo reduccionista. A fin de cuentas.. ¡los autonomistas, a las guásimas!, es decir, hay que ahorcar a los autonomistas, fue un grito popular al terminar la guerra en 1898.


General Martínez Campos
La tolerancia implantanda por el general Martínez Campos, sugería la posibilidad de alcanzar importantes reformas, incluso el autogobierno, por medios legales. Así propietarios criollos, abogados, publicistas, e incluso masones (como Antonio Govín, gran maestre y definidor del nuevo partido) decidieron emprender esta senda, bajo el estandarte de la bandera patriótica cubana de la autonomía, compatible a su juicio con la soberanía española.

Uno de los principales obstáculos para los autonomistas residió en que esa tolerancia para su actuación pública no alcanzaba traducción efectiva, ya que los mecanismos de la Restauración otorgaban la hegemonía en la isla al partido Unión Constitucional; y Cánovas del Castillo era visceralmente opuesto a la autonomía.

Pero para muchos cubanos la autonomía era la mejor opción y estatus posible, así un comentarista anónimo en enero de 1890 afirmó: "El problema cubano no tiene más que dos soluciones: la solución anexionista y la solución autonómica. Los liberales y demócratas preferimos la última porque es la solución nacional. El día en que desaparezca el Partido Autonomista, tan calumniado por los conservadores, una inmesa catástrofe se cernirá".

A partir del ángulo opuesto, ese papel histórico es precisamente lo que les reprochaba José Martí, aunque muchos independentistas veían la autonomía como la solución a la guerra.


Rafael Montoro y José María Gálvez
El presidente del Partido Autonomista, José María Gálvez, fue quien de forma más clara propuso la perspectiva del acuerdo en el marco de la autonomía. La conciliación buscada era absoluta: "Nuestro ideal es conseguir la autonomía bajo la nacionalidad española. Españoles con todas las condiciones de los españoles, a saber, cubanos civilizados, cultos y libres".


El autonomismo irritaba a José Martí justamente por constituir una desviación de la senda independentista, pero al mismo tiempo constituía un factor decisivo de toma de conciencia. Algunos autonomistas acabarían uniéndose a los secesionistas, como "el mayor productor de azúcar del mundo" Emilio Terry. Otros en cambio como el abogado José Antolín del Cueto, permaneció leal a la España penínsular, presidiendo la cámara autonómica cubana en plena guerra hispanoamericana.

También José María Gálvez (presidente del Partido Autonomista) y Rafael Montoro se mantienen en la lealtad a España en calidad de "autonomistas históricos". 

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