mardi 19 novembre 2013

España y América Latina: La seguridad y el repliegue del Estado


DESDE EL MIRADOR
Alberto Vila
En América Latina entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, mientras que en la mayoría del mundo descendió o se estabilizó. Así lo refleja un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En esta década han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica y el Caribe por causa de la violencia criminal. El estudio afirma que es la única región del mundo donde los homicidios se incrementaron entre 2000 y 2010, con once países con tasas consideradas como “epidemia” por la OMS.
Las cumbres de América Latina son el mejor marco para avanzar en el desarrollo y el crecimiento de la región. Foto: AgenciasLas cumbres de América Latina son el mejor marco para avanzar en el desarrollo y el crecimiento de la región. Foto: AgenciasEsta realidad llevó al PNUD a dedicar su Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina 2013-14 al desafío de garantizar la seguridad ciudadana. “Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnóstico y propuestas para América Latina” 
El informe fue presentado el martes 12 de noviembre en Nueva York por Naciones Unidas. Entre los países de la región, Argentina sigue figurando desde 2005 como uno de los países más inseguros, seguida por México y Brasil. La pregunta que surge es: ¿en qué medida el modelo socioeconómico de repliegue del Estado al que sometieron a esos países ha tenido esa implicancia?
Bien es cierto que la región avanza en la reducción de la pobreza y la desigualdad, en el crecimiento económico y la estabilidad financiera, sin embargo, algunos desafíos persisten: en su conjunto la región sufre la pesada carga de la violencia, con más de 100.000 homicidios registrados por año. Además, como veremos, no debe confundirse “crecimiento” con “desarrollo” y, dentro de éste, el concepto de “desarrollo sostenible”.
Relacionar pobreza con inseguridad siempre ha sido materia de debate. Sin embargo, si a las condiciones precarias se le suma un retroceso en las medidas de prevención escolar, seguimientos sanitarios y un marco de seguridad ciudadana razonable, entonces estamos en presencia de las condiciones apropiadas para que las mafias de las drogas y la prostitución se impongan. Recientes investigaciones han puesto en evidencia que, ahora, Argentina ha pasado de ser una estación de paso de la droga, a convertirse en productora.
La sociedad anómica, en la que los valores ciudadanos también retroceden a favor de la corrupción como medida del éxito, configuran un cuadro decadente. El dinero que mueve la droga es tal, que su influencia corrompe vastos sectores de las organizaciones.
Entropía social
La entropía social que se generó en esa región, producto de una deserción del rol equilibrador del Estado, puede reflejar el futuro no lejano de las sociedades en la Europa periférica. La entropía (segundo principio de la termodinámica), es una medida de los estados posibles de un sistema. Dicho de otra manera, es el grado de orden o desorden de un sistema. También sería el proceso para llevar al equilibrio, a la recuperación del orden o, para evitar connotaciones totalitarias, disminuir el desorden en un sistema social, y se requiere incorporar energía.
Para organizar el Mundial de Futbol, el gobierno de Brasil pudo tomar nota del nivel de entropía que su sociedad alcanzó. Cuando en las favelas de Río de Janeiro se procuró recuperar ese control, debió intervenir el ejército. Aún así, sólo se logró una tregua que se quebrará cuando concluya el Mundial.
¿Será ese el escenario que toque vivir a un europeo de los años futuros? En Argentina alcanzar ese deterioro llevó 25 años, con un “corralito” de por medio. Hubo un crecimiento importante durante el período posterior al colapso financiero de 2001, hasta 2013, en el que se siguen dando estas valoraciones del informe de la ONU ¿A qué precio se estuvo creciendo en ese país? ¿Cómo entender el posible colapso que se avecina nuevamente, con una inflación que llega al 30%?
En el caso de Argentina la presencia del Estado es significativa, pero con escasos efectos duraderos en materias como Salud, Educación o Seguridad. El nivel de conflicto en cada una de esas áreas pone de manifiesto tensiones subyacentes notables ¿Cómo explicar que un país, otrora calificado como “granero del mundo”, tenga dificultades de abastecimiento interno de trigo, por ejemplo? Se podría mencionar el déficit de hidrocarburos, o el desmantelamiento de la cabaña de ganado. Todo por cultivar el “oro verde”: La soja. La opción conspirativa no cuadra: cuando resultó rentable una actividad, no se limitó su desarrollo. Pese a lo que se diga, no se ha logrado recuperar el model0 anterior al golpe de 1976.
El laboratorio comenzó en Chile en la década de los `70, bajo la dictadura de Pinochet. Fue tan profundo el cambio producido, con una privatización generalizada, que el primer gobierno de Bachelet no produjo una reversión del modelo. Aún hoy, ejemplo de ello son las movilizaciones universitarias, la brecha entre las clases sociales y la distribución de la renta es tan elevada que, pese a indicadores de crecimiento por encima de la región, no se recupera una situación de equidad.
Crecimiento vs Desarrollo
Rememorando a Josué de Castro, no se debe confundir “crecimiento” con “desarrollo”. Los que hemos estudiado Políticas de Desarrollo en la región, confirmamos que esa tendencia modificaría los ejes de influencia estratégica.
Josué de Castro, imagen del autor recifeño. Foto:ArchivoJosué de Castro, imagen del autor recifeño. Foto:ArchivoJosué Apolonio de Castro (1908-1973), médico natural de Recife, fue pionero en un tema considerado tabú en su época: el hambre. En sus dos libros más conocidos, «Geografía del hambre» (1946) y «Geopolítica del hambre »(1951), mostró que, al contrario de lo que se pensaba, el hambre no era un fenómeno natural, provocado por la escasez de alimentos, sino producto de la acción humana, más concretamente, de la organización social y económica. Más de medio siglo después, el hambre continúa sin tener una solución, por lo que su pensamiento permanece vivo.
Ya en los años 70, como en el caso chileno lo fue en el argentino,  tal cosa se impidió. Las políticas de subordinación económica y desarticulación del rol del Estado como referencia, dejaron paso a estados que no han superado el empobrecimiento y la desatención de vastas franjas de sus poblaciones. Y eso sin mencionar el fenómeno de la corrupción del que, al menos, se ocupa la justicia como en el reciente caso brasileño, ni dejar de mencionar las imputaciones a figuras políticas de primer orden en Argentina, por ejemplo.
En una entrevista, De Castro afirmaba que su padre “veía dos caminos, el camino del pan (la justicia social) y el de la bomba. Al mencionar este dilema dejó en claro su repudio por la economía armamentista. Percibía las agresiones al ambiente y se ubicó como un combatiente ecológico en tiempos en que esa expresión aún era una novedad”.
Para el autor recifeño, el hambre, la pobreza, la miseria y la violencia son fenómenos que crea el hombre mismo, y son expresión propia del subdesarrollo. El desarrollo, como proceso histórico de cambio social, se refiere a una serie de transformaciones realizadas intencionalmente en diferentes esferas de sociedades nacionales que se atrasaron con relación al ritmo de avance de la revolución industrial. Tienen por objeto transformar la propia estructura de la sociedad, con el fin de atender las aspiraciones legítimas de sus poblaciones.
Sin embargo, debemos reafirmar lo que todos sabemos: crecimiento no significa necesariamente desarrollo. Aquél es meramente cuantitativo, este es cualicuantitativo. Esta es la clave que deberían resolver los socialdemócratas europeos, en particular para regresar a la Sociedad del Bienestar, evitando además el oprobio de las “puertas giratorias”.
La visión que se suele tener desde Europa de los fenómenos políticos latinoamericanos tiene una alta dosis de romanticismo. En la realidad, las dificultades que deberá afrontar la región irán en aumento. España debería llamarse a la sensatez y evitar emular esos casos. Sería un monumental retroceso.

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