mercredi 18 décembre 2013

Respondiendo a un nacionalista (V)

Por Adalberto Ranssell-Levis
“Con esto pongo punto final al debate abierto con los integristas anexo-autonomistas, no es meritorio perder más tiempo en rebatirles.” 
Con ese eslogan va dando termino a su artículo el señor Mario J. Viera. Pero es precisamente el plural que utiliza, (los integristas) lo que me obliga a responder recordándole que mis últimos artículos no han tenido contestaciones suyas, quizás porque para él no valga la pena o ha querido darme con su silencio la razón, quién sabe , puede que no haya encontrado argumentos, en fin, desconozco cuales han sido sus razones o limitaciones. Pero soy consciente que cualquier iniciativa de cambio para Cuba que no se incline o vaya en la inercia y la lógica de los nacionalistas es un exabrupto para nostálgicos y amantes de la quietud.

Toda tendencia que contravenga al tradicionalismo se convierte irremediablemente en objeto de una crítica apelmazada con argumentos manidos, anacrónicos, llenas de realidades metafísicas o de espurios e imperiosos silencios, cuando no con cárceles.

Para M.J. convertir a la república socialista de Cuba en república capitalista es más sencillo y benigno que reintegrar a la ínsula caribeña como Comunidad Autónoma de España y por tanto <<anexarla>>, si le gusta ese término, a la Unión Europea. Por otro lado es impresionante el poder metamórfico de M.J. cuando para referirse a las palabras del señor Ferrán Núñez se siente urgido y necesitado de la exactitud y de la utilidad del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, y eso que dentro de este mismo debate ha prescindido de tan importante instrumento, para así poder llamarnos con imprecisión académica y de manera sorna y mal intencionada << INTEGRISTAS>>. M.J. con evidente prontitud adaptativa ha tomado el volumen de concreción semántica para con él dar golpes a diestra y siniestra igual a un Quijote que va encantado y por ello sin remordimientos de conciencia. Lo que viene es una transcripción del “último” artículo de M.J. escrito para nosotros, los anexo-integristas:


“Dejemos que sea la Real Academia Española la que defina el concepto de autonomía. Según la que limpia, fija y da esplendor, autonomismo deriva de la palabra latina autonomĭa, y esta del gr. αὐτονομία. Y la define en su primera acepción como: “Potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios”. 
Es decir, la autonomía es una concesión del poder central para que un determinado territorio bajo la soberanía de un Estado (incluida una colonia) pueda “regirse mediante normas y órganos de gobierno propio”. De esta definición se desprende que ningún Estado pueda concederle autonomía a otro Estado soberano, algo, evidentemente absurdo. Anexión es la unión de territorios realizada por un determinado Estado, absorbiendo bajo su soberanía aquellos territorios, ya sea una nación independiente, parte del territorio de otro Estado o una colonia.

Por tanto proclamar a Cuba como provincia autónoma de España, requiere, en primer lugar que Cuba renuncie su soberanía a favor de la soberanía del Reino de España; es decir, anexar a Cuba a España, y luego proceder a la declaración de provincia autónoma. Entonces, ¿dónde está la presunción, en este caso, de que anexión y autonomía sean conceptos contrapuestos? En fin de cuentas, la propuesta de Autonomía Concertada para Cuba plantea la “reincorporación de Cuba a España”. ¿Es o no es una propuesta de anexión bajo el eufemismo de “reincorporación”?

Cómo es posible que M.J. no pueda entender las diferencias cuando él mismo las expone acertadamente, claro está que hábilmente esperando a que creamos que optamos por un anexionismo puro en el que hay que ceder en todo a un país extranjero para que imponga su abuso y determinación, rompiendo de manera absoluta con las reales aspiraciones del pueblo cubano. Y no es así. En el proyecto del PACE se definen claramente cuáles son los derechos a conservar y los nuevos deberes al ser parte de España y de la Unión Europea. Los cubanos con el nuevo estatuto no serán menos cubanos pero si más libres y prósperos. La habilidosidad de M.J. no puede sino ser registrada como ejemplo por los especialistas literarios. Enmascara sus intenciones cuando define bien el concepto de ANEXIÓN y de AUTONOMIA, pero inexplicablemente sólo deja ver que la ANEXIÓN es agregar un territorio a otro y no aclara que los medios para hacerlo y después para gobernarlo pueden ser diversos. Mientras de manera velada ignora que AUTONOMIA, es un sistema de reparto administrativo del Estado de igual manera que lo es el federalista, centralista o libre asociado. Eh ahí la diferencia; la ANEXIÓN es la absorción de un territorio por otro Estado, mientras la AUTONOMIA es un sistema administrativo. 

Por tanto no es un eufemismo decir que ANEXIÓN y AUTONOMÍA son palabras prácticamente sinónimas, es una falacia. Si atendemos a las acepciones de estas voces de manera descontextualizada pero siguiendo las indicación académica de manera ortodoxa y estricta se puede concluir, sin duda, que estos vocablos son semánticamente contrapuestas o antónimos, pues ANEXIÓN equivale a: unión, asociación, enlace, adhesión, acoplamiento, fusión… y AUTONOMÍA corresponde a: Independencia, Libertad, Albedrío, Soberanía… y Separación. Es meritorio expresar que algo de razón tiene el señor Ferrán, pero de igual manera sería bueno esclarecer que M.J. ha tomado porciones de la verdad de manera deliberada e intencionada para desembocar con argucia a una oceánica FALACIA.
“No presumo, precisa M.J., de nada, salvo que tengo fe en la capacidad del cubano de, una vez haberse sacudido del castrismo, levantar a la isla hasta un alto desarrollo económico y social.” 
No dudo que M.J. lleve en sí una fe de convento y que por ello este seguro que su deseo se hará realidad. Por tanto, ¡cosa grande! M.J. desde ya disfruta de su ilusorio y futuro “Jardín de las Delicias”. No me explico cómo él y muchos de mis compatriotas pueden confiar el porvenir de Cuba a la fe, si todos sabemos que en el mundo real para lograr objetivos reales se necesitan más que buenas intenciones, que fe militante y voluntad de hierro, pues son indispensables además, creo yo, medios materiales. Es un ejemplo de abrumadora locura el creerse tan hecho a la imagen y semejanza de D-os para pensarse y sentirse capaz de crear realidades materiales y espirituales solo con ideas e independientemente de la época y el nivel de desarrollo alcanzado por el hombre.
En mi artículo “Proemio Insuficiente del Nuevo Proyecto Histórico Cubano Para La Transición Económica” publicado en el año 2006 en la Revista Miscelánea expuse:

…La integración de Cuba a un bloque económico, político y militar haría posible la realización a corto plazo de esas metas. El eufemismo de la independencia, es decir, si optamos por la exclusión o nos excluyen de los bloques de poder quedaríamos a merced de los intereses, que con seguridad serían muy ajenos a nuestros fines. Mirar a aquellos países ex-socialistas que permanecen en solitaria “libertad e independencia” o a nuestra América, Asia, África y tendremos una visión futura a imagen y semejanza en Cuba.

En verdad lo primero o el aspecto más importante a dilucidar es en qué posición quedará Cuba con relación a Estados Unidos o a España y por consiguiente con la Comunidad Europea. En el segundo aspecto ya estaríamos debatiendo entre los implicados nuestros derechos, que deben ser todos los derechos de los ciudadanos norteamericanos o europeos, claro está, y este aspecto es importantísimo y algunas especificidades innegociables, como son el no renunciar a nuestras diferencias culturales que en relación con Estados Unidos son sustanciosas pero previsibles y llevaderas dado el ejemplo de Puerto Rico, sin ser un calco de este país antillano, así como mantener y mejorar los logros en materia de salud y educación.

El programa tiene por la parte Europea un camino trazado, bien definido y con resultados excelentes. El crecimiento económico y los niveles alcanzados en materia de derechos humanos en la Comunidad, el ensanchamiento progresivo de sus fronteras presupone la fácil integración de Cuba como Estado Libre Asociado de Ultramar con tutelaje europeo, o como una Comunidad Concertada Española. España posee la experiencia de las Islas Canarias, aunque es bueno aclarar, esto con relación a Cuba tendría modificaciones sustanciosas. Y quizás obligue a España a modificar su Constitución, algo que HOY está en las Cortes como debate cardinal, debiéndose en buena medida a las reminiscencias del cisma provocado por la Comunidad cubana-española en América a finales del siglo XIX.

La tercera Cuba, es pues la reconstrucción de una República “libre e independiente”, este proyecto nacionalista viene a ser una especie de Stato-Quo, con variante ideológica y con cierta apertura democrática. No difiriendo mucho de aquellos países que otrora fueran parte del bloque Soviético y que han quedado al margen de los centros de poder. En el nuevo mapa estas naciones “independientes” marcan poco peso en la política internacional pues prácticamente han quedado para el pousse-café de los poderosos. Países con abundantísimos recursos naturales no son más que calamitosos posaderos sanitarios a los ojos del planeta. No obstante, el respeto a la libre elección debe dejar espacio a este tipo de propuesta de la que sin duda muchos esperan el milagro, algo así como la resurrección del Fénix”… (Fin de la auto-cita)

Sin embargo tengo que admitir que el viejo proyecto nacionalista cubano sigue teniendo fanáticos dentro y fuera del contexto insular. Esto, a pesar que la doctrina está cuajada de absurdos, como es el de no tomar en cuenta que en el Nuevo Orden Mundial las antiguas relaciones políticas, económicas y sociales han dejado de ser operantes, no obstante un dogma es un dogma y lo sé y eso me hace temer que los tenedores de esa fe hagan fuerza para instalar a nuevos inquisidores, guardianes de la moral y de la dignidad patria. Nosotros los AUNTONOMISTAS o iconoclastas puntuamos en su catecismo como indecorosos e infaustos, por ello están pidiendo desde ya que no ocupemos lugar “donde opinan cubanos que se sienten orgullosos de ser cubanos y que honran y veneran al estandarte de la estrella solitaria”.

Soy muy cubano y me siento un hombre libre y ni mi libertad ni mí cubanía pueden estar circunscritas a una bandera, a un pájaro nacional o al área geográfica de una nación. Ni a proyectos que no guardan razones sino sentimientos de fe y de nostalgia. La Cuba campesina, azucarera, ya nos es posible, el romanticismo agrario quizás estuvo bien en la Constitución del 40 para los hombres del siglo pasado, pero no para los hombres de estos tiempos.

“La patria es de todos, incluso, también de los traidores.” ¿Pero quién no es traidor de algo? Yo sentí y grite muchas veces que quería ser como el Che, creí en la patria socialista y en el futuro luminoso, mas no perseguí a ningún “trasnochado”. Tuve apreciaciones erróneas pero no actuaciones equivocadas. Fui y soy fiel a lo que tengo por verdad. No temo. Fui oficial de la Contra Inteligencia Cubana, (investigador) denuncié a militares y dirigentes corruptos En respuesta a mi honradez el mando de la U/M 3240 ordenó mi desmovilización del servicio militar activo el 20 de octubre de 1985, caso y cosa que me honra. A partir de 1989 comencé a trabajar junto a Herminio Rodríguez Pérez, Aida Valdés Santana, (agente de Castro), Hermes Arocha, Rosa María Hernández Céspedes y posteriormente con Osmel Rodríguez Díaz, Arturo Pérez de Alejo, Guillermo Fariñas, Luís Ramón Hernández (Agente de la Seguridad del Estado)… Es decir estuve enfrascado en la lucha pacífica por los derechos humanos sufriendo innumerables detenciones, requisas en mi vivienda, chequeo de la correspondencia, usurpación de premios literarios, etc., mientras mi padre estuvo cinco años preso, hoy, gracias a D-os, vive como asilado político en Estados Unidos. En el mismo orden participé en eventos literarios convocados por la disidencia, ganando el primer premio de poesía Espuela de Plata organizado por el Movimiento Reflexión y Centro de Estudio para una Opción Nacional en el año 2000. En esta actividad realizada en el municipio Camajuaní, la Seguridad del Estado puso de moda el Tour Represivo donde fueron sus primeras víctimas Librado Linares y Joaquín Cabeza de León. Además obtuve el premio de Epístola convocado por las Bibliotecas Independientes. Desde mi llegada en junio del 2001 a España he seguido trabajando como articulista en distintas Páginas del exilio cubano y en otras.

Eso de endilgar lenguaje castrense, con todo el respeto que siento por M.J. ha sido obra suya, este señor pudiera revisar sus anteriores artículos, así como mis respuestas sobre el tema. Quiero aclarar que la expresión pseudo-república no es un término usado exclusivamente por los historiadores y politólogos de la dictadura cubana. Aunque es cierto que Ferrán y yo hemos traído esa palabra muy a menudo para referirnos a la Cuba pre-castrense y post-española, pero jamás ha sido con la intención de apoyar la historia oficial del régimen. Sobre esto es notorio y sabido por cualquier persona mínimamente ilustrada que ya en tiempos de la antigua Roma, la República fue nominada despectivamente de esa manera por algunos senadores. Ha llovido mucho desde entonces por eso no entiendo cómo el señor M.J. a estas alturas no se ha enterado que pseudo-república es una voz trillada, coloquial. Por poner un ejemplo podemos leer en el artículo de Germinans “La heroica mujer catalana durante la persecución religiosa en Cataluña (1936-39)” lo que viene: El 20 de julio de 1936 se implantó en la zona republicana de España, una revolución violenta anarco-marxista que comportó la ruina económica, cultural y social de la sociedad civil y la destrucción inhumana de la religión cristiana. Usurparon y profanaron todos los templos de Cataluña. A partir de aquel momento en Cataluña ya no se pudieron celebrar misas ni actos de culto en ninguna iglesia hasta finales de enero o principios de febrero de 1939 con la entrada de las tropas nacionales, cuando la pseudo-República fue expulsada de España.

La verdad imaginada y visceral de M.J. es adaptada a los fines que persigue, lamentable es que su credo y su fe lo hayan llevado a parcializarse de tal para acabar expresándose con malicia, casi refinada y pragmática a favor de la causa que defiende.

Como ejemplo de lo que era el Partido Liberal Autonomista en Cuba leemos en el “último” articulo de M.J. la cita del libro “(…) de la historiadora española Marta Bizcarrondo Albea, titulado “El autonomismo cubano 1878-1898. Las ideas y los hechos”: Allí verá, escribe Mario J. Viera, que muchos de los mentores del autonomismo tenían como objetivo final alcanzar la independencia de Cuba a través de un proceso evolutivo partiendo de la declaración de la autonomía.” Pero socarronamente calla que la historiadora en ese mismo trabajo también plantea que entre los miembros de ese Partido había un abanico de ideas y fines, que iban desde el verdadero Autonomismo, Reformismo, Anexionismo o Independentismo cubano. Por otro lado, vale decir que la realidad cubana de aquella época era tan compleja que aun los historiadores no han llegado a un consenso sobre la proyección política y las afectaciones de las ideas autonomistas para lo que fue el ideario cubano en y después de haber concluido la actividad o la vida útil de este Partido cubano –español. “¡Qué decir, me queda tanto por decir!”

Sé que M.J. no me dará la razón, al menos públicamente; sino que hará silencio porque tengo la razón.

Salud e integridad.

               

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