jeudi 10 avril 2014

¿Qué pasa con el socio español de Unión Suchel en Cuba?


 Posted on 7 abril, 2014 by Café Fuerte Por Miguel Fernández Díaz 

Suchel, Empresa
El empresario español Manuel Camacho Mesa, uno de los pioneros de las asociaciones económicas internacionales fabriles en Cuba y socio de la Unión Suchel en la empresa mixta Suchel Camacho, líder del mercado interno de perfumería y cosmética, acaba de dar un paso abierto a la interpretación en sus negocios con la isla.

El pasado 2 de abril, la Gaceta Oficial publicó en su segunda edición ordinaria la Resolución 71/2014 del Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, que autoriza “la inscripción de la compañía española M. CAMACHO INTERNACIONAL, S.L., ante el Registro Nacional de Sucursales y Agentes de Sociedades Mercantiles Extranjeras, adscrito a la Cámara de Comercio de la República de Cuba”.

Camacho Mesa tiene así una sucursal en Cuba, la cual dispone de licencia para “actividades comerciales” con mercancías que cubren 31 partidas arancelarias, desde grasas y aceites animales o vegetales, pasando por productos editoriales de la prensa y las demás industrias gráficas, hasta reactores nucleares, calderas, máquinas, aparatos, artefactos mecánicos y sus partes.

La normativa coincide con un momento de crisis en el abastecimiento de productos esenciales de aseo personal en el mercado nacional y de versiones extraoficiales -desmentidas por funcionarios en la prensa oficial- del cierre de Suchel. Desde finales del 2013, en los círculos empresariales cubanos se mencionaba la salida de los inversionistas de Suchel Camacho del proyecto de empresa mixta.

El pasado enero, Roberto Cabrera Zamora, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Ligera, admitió una disminución en la actividad de perfumería y cosmética, lo que “ha determinado que la empresa Suchel Camacho S.A., esté desarrollando un proceso de disponibilidad laboral”.

¿Declaración de independencia?

Para Camacho Mesa, esta sucursal tiene márgenes de acción mucho más estrechos que la empresa mixta. La licencia no incluye importar ni exportar directamente, ni realizar comercio mayorista y minorista de productos y servicios -salvo servicios de postventa y garantía al amparo de contratos de comercio exterior- ni distribuir y transportas mercancías.

Sin embargo, Camacho Mesa se afinca de este modo como proveedor emancipado de la Unión Suchel, con quien regularmente adolecía de tantos impagos que se atrevió a preguntarle en público al Ministro de la Industria Ligera, Jesús Pérez Othón (1995-2003), qué debía hacer un empresario extranjero para amasar una pequeña fortuna en Cuba. Ante la perplejidad del ministro, Camacho Mesa se repondió a él mismo: “Invertir una gran fortuna”.

Al parecer este paso se planificó desde el 2012, al ampliarse el objeto social de M. CAMACHO INTERNACIONAL, constituida desde 1994 en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, a la comercialización mayorista, importación, exportación, transformación y distribución de artículos de perfumería, cosmética y farmacia, así como de sus componentes, materias primas y accesorios. Este año Camacho Mesa imprimió otro cambio significativo a dicha sociedad limitada: el 27 de febrero incrementó su capital suscrito a 111.485,50 euros. Su solicitud de sucursal en Cuba se aprobó a la semana siguiente.

Un hombre de éxito

Camacho Mesa suele pasar como empresario catalán, pero es natural de Jaén, Andalucía. Hacia 1966 abrió su negocio de manufactura de cosméticos en Barcelona y para 1970 arraigaba en el mercado español como productor de cosmética de color para terceros.

En 1982 inauguró la planta fabril de L’Hospitalet de Llobregat y al año siguiente comenzó a exportar a Alemania y Austria, Francia e Italia, Japón y Sudamérica. Hacia 1990 expandió su departamento de investigación y desarrollo e incursionó en Cuba mediante contrato de asociación productiva con la Unión Suchel, que en 1995 cristalizó como empresa mixta. Entretanto adquirió una planta fabril en Montornes del Valles y penetró los mercados de Rusia, África y Medio Oriente.

En el 2001, Camacho Mesa sumó otra planta fabril en Castellvi de Rosanes, pero en octubre del 2006 tuvo que presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a cerca de la mitad de sus casi 200 trabajadores en las tres fábricas, como consecuencia de la caída de las ventas que afectó a todo el sector de perfumería y cosmética.

Para el 2008, las tres plantas fabriles se unificaron en Castellvi de Rosanes y la llamada firma de segunda generación, Camacho Cosmetics, se consolidó como fabricante para terceros de compañías renombradas como Coty Astor y el grupo Puig Beauty & Fashion, con la mayoría de las producciones destinadas a la exportación dentro de la Unión Europea.

Como hiedra a la pared

Camacho Mesa arrostró siempre en Cuba el dilema de permanecer allí con la esperanza de cobrar sus deudas y a riesgo de endeudarse más, o darlo todo por perdido. Al parecer decidió mantenerse adherido.

La leyenda reza que, en previsión a largo plazo, conversó con el presidente de la firma estadounidense Procter & Gamble para producirle tras el levantamiento del embargo. Para evitar problemas por la ubicación de Suchel Camacho en la instalación que la firma estadounidense Avon tenía en Altahabana, Camacho Mesa asumió la inversión de una nueva planta fabril y sede de su empresa mixta en Vía Blanca y Vía Monumental, Berroa, Habana del Este.

Ahora estableció una sucursal, quizás para liquidar más tarde el negocio conjunto con la Unión Suchel, si se tornara insoportable, o para cifrar más esperanzas de cobro en su experiencia como proveedor en el mercado cubano.

En todo caso, Camacho Mesa siempre aseveró que, como red de seguridad ante la caída eventual en Cuba, había emprendido negocios inmobiliarios.

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