samedi 25 août 2012

El rumor (o la realidad) del verano: La muerte de Fidel Castro


¿Por qué no habrá cambios en Cuba cuando se muera de verdad?

El gobierno de Cuba se ha preparado desde 1989, -fecha de la caída del muro de Berlín para los despistados y las nuevas generaciones-, con el propósito declarado de garantizar la perennidad del sistema castrista, al menos durante un tiempo bastante prolongado tras la muerte de este ¿Cómo lo ha hecho? Pues de manera muy simple, aprendiendo de los errores de los demás. El primer problema al que se enfrentaron los antiguos dirigentes de los países de Europa del Este a la caída del muro y al desplome del Sistema Socialista Mundial, resulta evidente, fue que se hallaron completamente arruinados.
En un contexto semejante, los apolillados comunistas de entonces carecían no sólo de las simpatías de sus ciudadanos, sino de los recursos necesarios para poder financiar el costo de una campaña política. Por eso la mayoría cedió el poder a aquellos grupos que se habían organizado en la clandestinidad y que disponían del dinero necesario para hacerle frente a semejante gasto. El ejemplo que se me ocurre ahora es el de Polonia pero existen muchos otros. Sin embargo, en algunos países, después de pasar un tiempo de ajuste, los comunistas siguieron gobernando con otros nombres, para llegar al caso más claro de todos, el de Rusia que actualmente está presidida por antiguos comunistas disfrazados de demócratas. El único país que ha logrado avanzar sinceramente por el camino de la democracia es Alemania, recordemos que Angela Merkel viene de la antigua RDA e hizo sus primeros pinillos políticos en la Juventud Libre Alemana, cuyo equivalente en Cuba sería la Unión de Jóvenes Comunistas.
Como ya dijimos, el señor Castro, que es cualquier cosa menos idiota, cuando no estaba enfermo ni medio vivo como ahora, ha comprendido este proceso, preparando desde aquel entonces la continuación de su régimen. Las cosas no sólo están bien pensadas, sino mejor organizadas ¿Cómo? Por medio de compañías anónimas situadas en paraísos fiscales, cuentas de Suiza, diferentes montajes financieros, difíciles de detectar aún para los servicios secretos norteamericanos; así dispone de una fuerza de choque impresionante capaz de financiar cualquier campaña electoral liderada por un espantapájaros de turno. Pero esto es sólo para las emergencias, porque en realidad, cuenta con estructuras opacas casi independientes, creadas dentro de Cuba, pertenecientes a entidades estatales, dirigidas por generales u hombres de confianza. Sin olvidar a las Fuerzas Armadas que desde ya hace muchos años son capaces de producir todo lo que consumen y que controlan además sectores clave de la economía como el comercio exterior y el turismo. En resumen, en el caso en el que haya que jugar la carta democrática, ya lo tiene todo preparado para ganar. Tenga usted el ejército y el dinero y ya la razón no le hará falta. 
Por lo antes expuesto, Autonomía Concertada para Cuba, ACC, creada recientemente en París, no cree que pueda producirse una verdadera transición hacia la democracia cuando mueran los ganadores de la Guerra Civil de 1959. Al contrario, las justas aspiraciones de la nación se verán burladas nuevamente como ya ocurrió antes en la historia. Existe otro camino, al que la clase política cubana, -ni la actual ni la que vendrá después- podrá oponerse si la nación levanta un clamor desde lo más profundo de su ser, este camino se llama Autonomía y podemos alcanzarlo entre todos.

ACC, 25 de agosto de 2012



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