jeudi 27 décembre 2012

Experto: La Habana 'tiene que decidir sin ambigüedades sobre las inversiones extranjeras'


ECONOMÍA

Agencias | La Habana | 27-12-2012 - 12:12 pm.

Richard E. Feinberg no cree que una eventual pérdida de la ayuda venezolana deje efectos similares a los de la eliminación de los subsidios soviéticos.


La recaída de Hugo Chávez ha sacudido a los venezolanos y a cubanos que temen el regreso de los peores años del llamado "Período Especial", cuando la Isla dejó de recibir subsidios de la antigua Unión Soviética.

Venezuela cubre aproximadamente la mitad de la demanda energética de Cuba, lo que implica que la economía de la Isla sufriría un duro golpe y probablemente caería en recesión si un Gobierno venezolano post-Chávez la obligara a pagar precios de mercado por su petróleo, reporta la AP.

Pero el tema de la salud de Chávez no es sorpresa para el Gobierno cubano, y no solamente porque el mandatario haya estado recibiendo atención médica en la Isla.

La Habana habría aprendido importantes lecciones acerca de los peligros de sobredependencia en 1991, cuando el colapso de la Unión Soviética lanzó a Cuba a una profunda crisis. Tratando de evitar consecuencias similares, el Gobierno de Raúl Castro ha estado intentando ampliar su círculo de socios comerciales, mirando hacia a Asia, Europa y otras naciones latinoamericanas.

También ha estado tratando de diversificar su economía al permitir una mayor actividad del sector privado, estimulando la agricultura independiente y cooperativa, y descentralizando la industria azucarera, aunque por el momento esas medidas no han dado los resultados que esperaban las autoridades.

En teoría, si la economía cubana se fortalece, habrá más divisas para pagar por combustibles u otras importaciones.

La Habana "está pensando también en potenciar la inversión extranjera en ramas de la economía nacional, incluso en áreas restringidas como la industria azucarera", dijo un economista cubano que habló a condición de preservar el anonimato, porque no estaba autorizado a declarar a la prensa extranjera.

El objetivo es volverse menos dependiente de un solo benefactor.

¿De vuelta a la época de las bicicletas?

Bajo el Gobierno de Chávez, quien considera a Fidel Castro su padre ideológico y ha imitado algunas políticas de La Habana, Venezuela ha enviado miles de millones de dólares al año a Cuba a través de ayuda petrolera y comercio.

El comercio de Cuba con Venezuela fue de poco más de 8.000 millones de dólares el año pasado, gran parte de ello en importaciones de petróleo y sus derivados. A cambio, La Habana provee a Venezuela médicos, docentes, científicos y otros profesionales. Observadores consideran esos servicios sobrevaluados —fijados por el Gobierno de la Isla en hasta 200.000 dólares anuales por médico— mientras se calcula que el subsidio venezolano a Cuba es de entre 2.000 y 4.000 millones de dólares.

Aunque los negocios con Venezuela constituyen 40% de todo el comercio cubano, es mucho menos que durante los días en que Europa oriental representaba 80% del comercio de la Isla.

"Una pérdida de entre 2.000 millones y 4.000 millones de dólares sería definitivamente considerable. Pero no es lo mismo que la eliminación total de los subsidios soviéticos a inicios de la década de los noventa", dijo Richard E. Feinberg, profesor de política económica internacional en la Universidad de california, San Diego.

"Cuba no va a regresar a la era de las bicicletas. ¿Podrían lanzar la economía cubana a una recesión? Sí", añadió.

La sobrevivencia de la economía cubana, en ese caso, vendría también de las inversiones extranjeras.

El mes pasado, el Gobierno anunció que había llegado a un acuerdo con una subsidiaria de la empresa brasileña Odebrecht para que administrase una refinería azucarera, un paso inusual ya que la industria ha estado vedada a la participación foránea.

La Habana ha fortalecido además relaciones comerciales con China y varios países latinoamericanos y europeos.

China ha invertido en proyectos petrolíferos territoriales, y junto con Canadá se ha convertido en un actor importante en el sector del níquel en Cuba. España tiene participaciones en los sectores de hotelería y tabaco, mientras que la empresa francesa Pernod Ricard ayuda en la exportación de licores. Y desde el 2009, Brasil ha participado en un masivo proyecto para reconstruir y modernizar el puerto de Mariel.

El comercio con China fue de 1.900 millones de dólares en 2010, y sigue subiendo.

La Habana dice que quiere estimular las inversiones extranjeras en empresas conjuntas, pero el proceso suele ser largo y engorroso, y el hurto, la falta de incentivos a la productividad y la intervención del Gobierno reducen la eficiencia. Las compañías extranjeras pagan impuestos estratosféricos.

Feinberg, que escribió un reporte sobre inversiones extranjeras en Cuba publicado este mes por el centro de estudios estadounidense Brookings Institution, dijo que aunque existen varias empresas extranjeras operando exitosamente en la Isla, otras han tenido problemas, lo que desalienta a posibles inversionistas.

Mencionó en particular dos casos recientes: La "toma" por el Gobierno de una compañía de alimentos dirigida por un empresario chileno acusado de corrupción y las contenciosas negociaciones en torno a un contrato con la empresa holandesa-británica Unilever.

Obstáculos a la inversión extranjera

"El Gobierno cubano tiene que decidir sin ambigüedades sobre las inversiones extranjeras. Pienso que hay divisiones entre la dirigencia del país", dijo Feinberg. "Algunos temen que las inversiones extranjeras afectan la soberanía, crea centros independientes de poder o es explotadora".

Estimó que Cuba básicamente perdió unos 20.000 millones de dólares que habría recibido en el último decenio si siguiese prácticas típicas en otros países en desarrollo. En lugar de ello, la Isla recibió en ese período apenas 3.500 millones en inversiones extranjeras.

Expertos dicen que aún en el peor de los casos, la muerte de Chávez no llevaría inmediatamente a una suspensión de los subsidios petroleros venezolanos.

Si el vicepresidente Maduro, seleccionado por Chávez para sucederle, ganase nuevas elecciones, probablemente mantendría las relaciones especiales con La Habana.

El líder opositor Henrique Capriles, que perdió ante Chávez en los comicios de octubre, dijo que quiere poner fin al acuerdo de petróleo-por-servicios, pero si gana las elecciones podría encontrar que no es tan fácil deshacerlo.

Los dos países están ligados por numerosos acuerdos. "Uno no puede simplemente terminar una relación como esa", dijo Melissa Lockhart Fortner, analista de asuntos cubanos para el centro de estudios Pacific Council on International Policy. "Sería terrible políticamente para él… Terminarlo de pronto pondría en peligro gran parte de su respaldo".

Para La Habana, la recaída de Chávez corona un año lleno de desilusiones en los intentos de la Isla por diversificar su economía.

Tres pozos exploratorios de petróleo en la costa occidental no arrojaron resultados.

"Alguna gente dice que el fin de Chávez sería el fin del comunismo en Cuba, porque el régimen se va a desplomar y la gente se va a alzar", dijo Feinberg. Pero "eso es probablemente otra ilusión de la comunidad exiliada anti-Castro", añadió.

Aún así, muchos cubanos están siguiendo nerviosamente las noticias diarias sobre la salud de Chávez, publicadas prominentemente en la prensa estatal.

"No sé qué va a pasar aquí", dijo Magaly Ruiz, una habanera de 52 años. "Vamos a comer hierba".

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