lundi 7 janvier 2013

Las manzanas de la concordia entre Cuba y EE.UU.




¿Quién lo iba a pensar? Virginia, en la costa este de Estados Unidos, cuya población rural es de tendencia conservadora y tradicional, es desde hace más de 10 años un importante socio comercial en Cuba, cuyo gobierno comunista ha estado sometido por décadas a un férreo embargo estadounidense.
En 1999, el gobierno del entonces presidente Bill Clinton relajó las restricciones para permitir las exportaciones de alimentos y medicinas y, poco después, las autoridades de Virginia decidieron penetrar ese mercado para promover sus productos agrícolas, principalmente soja y manzanas.

Es un mercado que no ha dejado de crecer, pese a las dificultades inherentes a socios tan inusuales: el comercio está sometido a una serie de condiciones de pago impuestas por EE.UU. y toda una maraña de burocracia que exige el gobierno de Cuba para asegurar la transacción.

Mercado natural

Turkey Knob Growers, cultivadores y empacadores de manzanas de Timberville, Virginia, lleva varios años exportando la fruta a través de la agencia de ventas Bowman Fruit Sales.

Jaime Williams, presidente y agente de ventas de la empresa, le dijo a BBC Mundo que Cuba es un mercado natural para ellos.

"En primer lugar está la cercanía, nos queda mucho más fácil y económico exportar a Cuba que a cualquier otro lugar en el continente. Segundo, tenemos un buen producto que es resistente y de larga vida y a los cubanos les encanta", declaró.

"Amigos que han viajado a Cuba nos han enviado fotos de vendedores ambulantes en las calles de La Habana con el logo de Turkey Knob"

Jaime Williams, presidente Turkey Knob Growers

Las manzanas son un producto suntuario en Cuba. Según Williams, su costo es de unos US$0.80 la unidad y tienden a ser consumida en ocasiones especiales, particularmente para regalar durante la Navidad o adornar la fiesta de un matrimonio.

Aún así, están creciendo en popularidad. "Amigos que han viajado a Cuba nos han enviado fotos de vendedores ambulantes en las calles de La Habana con el logo de Turkey Knob", aseguró Williams.

Cómo pasó que un producto cultivado en una de las regiones más conservadoras de Estados Unidos llegara a venderse abiertamente en las calles de un país que condena las prácticas capitalistas de su vecino del norte es toda una odisea, según lo cuenta Gordon "Sonny" Bowman, veterano agricultor de Virginia y el dueño original de Bowman Fruit Sales.
Las manzanas son un producto suntuario en Cuba.

Bowman confesó a la BBC que inicialmente no tenía la intención de hacer el viaje, pero aceptó porque le "debía un favor" a un amigo que era funcionario del departamento. Desde el comienzo hubo dificultades.

En primer lugar, debido a las restricciones de viajes a Cuba, tuvo que tomar una ruta más larga y vuelos especiales para llegar a su destino. Al aterrizar, las autoridades cubanas confiscaron las muestras de manzanas que llevaba para someterla a una inspección para enfermedades y plagas.


Cuando finalmente le devolvieron la fruta, la colocó en una estantería dentro de la feria solo para descubrir, al día siguiente, que se habían robado todas las manzanas.

"Fidel Castro es el político más inteligente que haya conocido. Quería saberlo todo, hacía muchas preguntas pero me daba la impresión que ya conocía las respuestas"

Gordon "Sonny" Bowman, Bowman Sales

A pesar de los tropiezos, el evento siguió su curso, la delegación estadounidense se reunió con autoridades cubanas y representantes de Alimport -el brazo comercial del gobierno cubano que tranza en la compra de alimentos- y procedieron a finiquitar acuerdos y firmar contratos.

Sonny Bowman no se había dado cuenta que estaba firmando el primer contrato de exportación con Cuba desde que el gobierno de John F. Kennedy impusiera el embargo económico contra la isla en 1962.


"De pronto se corrió una cortina, dando paso a un salón mucho más grande y empezaron a entrar periodistas, cámaras de televisión, luces", describió Bowman. "Luego entraron más funcionarios y lo que parecían ser personajes importantes, entre ellos Fidel Castro".

El agricultor virginiano entabló una conversación con Castro y quedó impresionado con el entonces líder cubano. "Fidel Castro es el político más inteligente que haya conocido. Entiende inglés aunque hablábamos a través de un intérprete. Quería saberlo todo, hacía muchas preguntas pero me daba la impresión que ya conocía las respuestas".

Esa afinidad y buena disposición se ha extendido a lo largo de los años del comercio con Cuba. Tanto Gordon "Sonny" Bowman como Jaime Williams confirman que, en lo personal, es un placer hacer negocios con la isla.
En la práctica las cosas pueden complicarse un tanto. Michelle Gabb, asistente de ventas en Turkey Knob, saca una gruesa carpeta con documentos de un archivador y lo aplasta pesadamente sobre su escritorio.

"Esto es lo que exportar a Cuba significa para mí", explicó a BBC Mundo mientras revisaba documento tras documento, listas de exportación, declaraciones de aduana "todas en triplicado y con el sello de la empresa, de lo contrario no se permite el desembarque del producto y se queda paralizado en el puerto".

Lo mismo sucede con los pagos. Por las condiciones que EE.UU. impone y que no le permiten a Cuba comprar a crédito, la mercancía tiene que cancelarse antes de que pueda ser descargada. Como no hay transacciones bancarias directas entre los dos países, estas se tienen que manejar a través de terceros.

"Me han llegado un par de llamadas y correos anónimos de personas que no entienden por qué exportamos a un país comunista"
Sin embargo, los involucrados aseguran que vale la pena, pues las exportaciones a Cuba están equilibrando el desajuste sufrido por los agricultores de Virginia debido a la recesión generada por la crisis económica de 2008.

Eso no quiere decir que, de vez en cuando, Jaime Williams no reciba una que otra queja de virginianos consternados por empresarios que tienen actividades comerciales con el "enemigo".

"Me han llegado un par de llamadas y correos anónimos de personas que no entienden por qué exportamos a un país comunista", señaló.

"Trato de explicar que eso es lo que nos permite crecer, tener más cultivos, expandir la industria y contratar más trabajadores. Todo eso mejorará nuestra economía".

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