dimanche 26 mai 2013


Cuba y Meliá, 23 años de "fructífera" relación

Por: Mabel Acosta Curbelo
La historia comenzó en mayo de 1990, cuando Cuba abrió las puertas de su primer hotel mixto. Bajo la administración de la cadena española Sol Meliá en aquel entonces, hoy Meliá Hotels International, el Sol Palmeras se convirtió en el pionero de una industria turística que comenzó un nuevo camino en la isla caribeña.
A más de dos décadas de aquel suceso, el actual director general del Sol Palmeras, Tomeu Alcina, asegura que el hotel ha sido especial y superó desde los inicios todas las expectativas. “Gracias a su éxito llegaron a Cuba nuevas cadenas y cada vez se estrechan más los vínculos comerciales. En la actualidad el país muestra el mayor desarrollo para la compañía española en la región del Caribe, aunque también se invierte en República Dominicana y Cancún”.
Meliá Hotels International amplía su presencia en el archipiélago cubano y sus representantes se sienten orgullosos con las nuevas inversiones y la magnitud de proyectos como la sorprendente Marina Gaviota Varadero, destinada a convertirse en el mayor puerto turístico del Caribe.
A la par de estos proyectos, el resto de los hoteles de la cadena española afianzan su posicionamiento entre los mejores de Cuba. En el caso de Sol Palmeras, la clave del éxito para mantener la vitalidad radica en el mantenimiento, la renovación constante y el capital humano. Al hotel recibe retoques cada año, y por la dedicación de sus trabajadores hoy se respira un entorno que conjuga modernidad y experiencia, con el trato afable y el carisma de sus 500 empleados.
Desde 2011 la instalación mantiene un ritmo de ascenso y récords en ingresos económicos. Por tal motivo figura entre los hoteles líderes de la industria turística en Varadero, el mayor destino de sol y playa de la nación caribeña.
Diseñado con cerca de 600 habitaciones, el Sol Palmeras acoge cada año a miles de clientes provenientes de Canadá, Alemania, Holanda, y sobre todo Argentina, principal emisor hacia el establecimiento.
De cara al verano y apoyados en las potencialidades de la animación interna y las actividades de recreación, el hotel pretende atraer al segmento de turistas nacionales y mantener estables los índices de ocupación en la próxima temporada, de julio a septiembre.
“No es lo mismo un hotel que se abre ahora, que uno abierto hace 23 años, pero nosotros seguimos apostando por la calidad y el buen servicio”, así resume Tomeu Alcina el espíritu del  Sol Palmeras en este aniversario. Y asegura que para Meliá en Cuba se augura un futuro muy próspero, con muchas esperanzas y un crecimiento mayor en el número de turistas.

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