jeudi 26 septembre 2013

Deshaciendo mentiras: Cuba: La masacre racista de 1912

Que tal explosión de racismo pudiera ocurrir bajo la guía de veteranos del Ejército Libertador y en la provincia que fue la cuna del movimiento independentista cubano, desprestigió el mito de la igualdad racial en la Cuba capitalista.


Por suerte en la Cuba socialista actual ya no hay racismo ¿verdad?



Aline Helg 
La Habana


El 27 de junio, Estenoz fue fusilado a quemarropa(*) junto con 50 hombres cerca de Alto Songo. Se informó que su muerte "llena de júbilo a los corazones cubanos".(1) Su cuerpo, cubierto de moscas, fue exhibido en Santiago de Cuba. antes de ser enterrado en una fosa común; la mayoría de los periódicos mostró la foto, en un recuadro, con titulares alborozados.181 Durante los días siguientes, muchos más independientes fueron muertos por resistirse presuntamente a sus arrestos, como se alegó con frecuencia. Entre ellos estuvieron dirigentes menores, como Ramón Miranda, René Savaigne y Germán Luna.(2)

El golpe final contra la protesta armada fue propinado el 18 de julio, el día en que Ivonnet se rindió en las cercanías de El Caney. Fue capturado y muerto "mientras trataba de escapar". Su cadáver fue trasladado triunfalmente a Santiago de Cuba por el capitán Ortiz.(3) Según la autopsia, Ivonnet llevaba tres días sin comer. Como con Estenoz, su cadáver fue expuesto al público y luego enterrado en una fosa común, aunque su familia había hecho arreglos para brindar una tumba a sus restos. Obviamente, las autoridades cubanas querían no sólo que Evaristo Estenoz y Pedro Ivonnet estuviesen muertos, deseaban también evitar que surgiesen símbolos como lápidas mortuorias que pudiesen revivir en los negros y mulatos el recuerdo de los dos dirigentes de color.

Con la muerte de ambos, la revuelta de los independientes se acercó a su fin. El 15 de julio se restablecieron las garantías constitucionales. A finales de ese mes, la mayoría de los dirigentes y de los seguidores, aún prófugos, se habían rendido "tratando de entregarse al capitán Pérez, pues ellos sabían que él realmente los entregaría".(4) Ahora con 894 reclusos acusados de rebelión, la cárcel de Santiago de Cuba sobrepasaba ampliamente su capacidad. Fue necesario colocar hamacas adicionales en las celdas y en los corredores, y las condiciones sanitarias se deterioraron. El 7 de agosto fueron trasladados a La Habana 500 prisioneros en un tren especial, custodiados por 150 soldados, para ser juzgados por conspirar contra la república.(5)

Las fuerzas armadas del gobierno evacuaron gradualmente Oriente. De un estimado de 8 000 soldados, guardias rurales y voluntarios en el momento culminante de la represión a mediados de junio, el número total de fuerzas había disminuido hasta menos de 4 000 hombres a mediados de julio. Los primeros en volver fueron los voluntarios del oeste del país, quienes empezaron a regresar a casa después de la muerte de Estenoz. El ejército y la infantería de marina norteamericana lo hicieron a continuación. El 27 de julio, Monteagudo, los oficiales y los soldados recibieron un gran banquete de homenaje en el Parque Martí, en La Habana.(6)

Evidentemente, el balance exacto de la masacre racista de 1912 nunca será conocido. Las cifras oficiales cubanas informaron que el número de muertos era más de 2 000. Los ciudadanos norteamericanos residentes en Oriente lo estimaron de 5 000 a 6000. Guillermo Lara, un independiente que estuvo junto a Estenoz, habló de 5 000 muertos.(7) Estos informes contrastaban con la cifra oficial de 16 muertos en las fuerzas armadas, entre los que estaban incluidos ocho negros y mulatos asesinados por sus compañeros blancos y otras víctimas de disparos escapados.(8)

Es también imposible hacer una evaluación exacta de las destrucciones en Oriente, porque muchos daños atribuidos a los independientes fueron exagerados o inventados por los periodistas y los funcionarios del gobierno como parte de la propaganda contra los negros. Los daños que los propietarios extranjeros informaron a los cónsules, fueron aumentados con frecuencia con la esperanza de obtener compensaciones monetarias. Además, las destrucciones no las causaron solamente los independientes. Los 8 000 soldados y voluntarios que operaron en Oriente durante el clímax de la represión, dejaron sus huellas en la provincia. Requisaron a los campesinos caballos y bueyes, alimentos en las tiendas y armas a los extranjeros. Sin autorización, convirtieron las iglesias en barracas y en fortificaciones. También se vengaron de los rebeldes, quemando y saqueando sus propiedades, e incendiando los bohíos para matar a los familiares que estaban dentro de ellos. Bandas de delincuentes se aprovecharon del desorden para saquear las fincas abandonadas. En realidad, los cónsules de Francia e Inglaterra en Santiago de Cuba temían más a los voluntarios y a los pillos que a los rebeldes. Pocas propiedades extranjeras valiosas y pocos edificios oficiales sufrieron daños graves: principalmente los centrales de propiedad española Esperanza y Confluente, en las cercanías de Guantánamo; el cafetal Olimpio, propiedad de franceses; algunas casas que pertenecían a la Spanish-American Iron Company; tres estaciones de ferrocarril; algunos archivos judiciales de los municipios y, además, las pérdidas por los incendios en La Maya. La mayoría de las víctimas de la devastación eran campesinos pobres, por lo general negros, y pequeños comerciantes rurales, a menudo de origen francés o español, quienes fueron requisados por los dos bandos para obtener alimentos, armas, municiones, dinero y caballos.(9)

Ese balance indica que si una "guerra racista" tuvo lugar en Oriente en 1912, ésta fue bien distinta al conflicto que denunciaron los periódicos cubanos. En contradicción con lo informado por la prensa, el 20 de mayo de 1912 los independientes no iniciaron un alzamiento de los negros contra los blancos, sino una protesta armada para obligar a que su partido fuese legalizado de nuevo. Sin embargo, la reacción violenta que provocaron estuvo cerca de ser una guerra racista. Durante dos meses, miles de blancos de toda la Isla dieron rienda suelta a su racismo. En Oriente, las fuerzas armadas y las de voluntarios -integradas mayormente por blancos- cazaron y masacraron de manera indiscriminada a los participantes en la protesta de los independientes y a los campesinos pacíficos de origen africano.

Que tal explosión de racismo pudiera ocurrir bajo la guía de veteranos del Ejército Libertador y en la provincia que fue la cuna del movimiento independentista cubano, desprestigió el mito de la igualdad racial en la Cuba capitalista. Además, procura las bases para una reflexión concluyente sobre la importancia de la raza y de la cultura en la formación del nacionalismo cubano.
Notas:
* Otros autores ofrecen distintas versiones sobre su muerte. Consultar el trabajo EL ALZAMIENTO DE LOS
INDEPENDIENTES DE COLOR (1912). 
(Nota del editor)

1- La discusión, 28 de junio de 1912.
2- Por ejemplo, ver ibíd., 1ro de julio de 1912.
3- Ibíd., 30 de junio de 1912,2 de julio de 1912.
4- Paterson to Lewis, 20 de julio de 1912, NA, RG 59, 837.00/912; Holaday to secretary of state, 18 de julio de 1912, NA, RG 59, 837.00/901; Goodrich to Lewis, 20 de julio de 1912. NA, RG 59, 837.00/911; La Discusión, 19 de julio de 1912. Probablemente, la venganza personal pesó también en el asesinato de Ivonnet a manos de Arsenio Ortiz, pues en septiembre de 1903 Ivonnet, entonces oficial de la guardia rural y miembro del Partido Moderado, ayudó a aplastar, se dijo que como mediador, una protesta armada en Oriente en la cual Ortiz estaba profundamente implicado (La Discusión, 16 a 21 de septiembre de 1903).
5-  Goodrich to Lewis, 20 de julio de 1912, NA, RG 59,837.00/911. Entre los dirigentes,que se rindieron estuvieron Coureauncau. Agapito Sayón. Chano Martínez y Juan Bell. Se desconoce la suerte que corrieron Julio Antomarchi y Tito Fernández.
6- La Discusión, 13. 30 de julio de 1912,8 de agosto de 1912.
7- Mason to Leech, 28 de junio de 1912, PRO, FO 277/183, no. 117; La Discusión, 11,
27 de julio de 1912; Beaupré to secretary of state, 18 de julio de 1912, NA, RG 59,
837.00/905; Acting secretary of the navy to secretary of state, 13 dejulio de 1912,
NA. RG 59. 837.00/895; ibíd., 3 de agosto de 1912, NA, RG 59, 837.00/914; Conte
7-  Arroyo al Ministro de Estado, 31 de julio de 1912, MAE-Madrid, Histórica, leg. 1431; Lewis to Knox (citando una carta de Garnett), 29 de julio de 1912, NA, RG 59, 837.00/913; Goodrich to Lewis, 20 de julio de 1912, NA, RG 59, 837.00/911; Guillermo Laza a La Discusión, 3 de agosto de 1912. Carlos Moore calcula el número de los muertos en 15 000 y aun en 35 000, pero no ofrece pruebas de esas cifras; además, da como fecha de la matanza 1911 (Moore, Lepeuple noir a-t-il sa place dans la révolution cubaine?, 197-198).
8-  Conte y Capmany, Guerra de razas, 100-101; La Discusión, 21 de junio de 1912. El ejército registró un total de 31 heridos, muchos de ellos por causas ajenas a los combates (Conte y Capmany, Guerra de razas, 100-101; Calzada, "Los hospitales de campaña en Oriente", 247, 249).
9-  Arroyo al Ministro de Estado (telegrama), 14 de junio de 1912, MAE-Madrid, Histórica, leg. 2351; F. Serrat al Ministro de Estado. 18 de junio de 1912, MAEMadrid, Histórica, leg. 2351; Arroyo al Ministro de Estado (Reclamaciones presentadas). 17 de julio de 1912, MAE-Madrid, Histórica, leg. 2351; Arroyo al Ministro de Estado, 12 de agosto de 1912 y 14 de octubre de 1912, MAE-Madrid, Histórica. leg. 2351; Bryois á De Clercq, 10 y 12 de junio de 1912, MAE-Paris, AD, NS, Cuba, caja 27, Indemnités cubaines, 1908-18, Dossiers particuliers; Bryois á Ministére des Affaires Étrangéres, 14 de junio de 1912, MAE-París, AD,NS, Cuba, caja 27, Indemnités cubaines, 1908-18, Dossier particuliers; État récapitulatif des réclamations. y Piéces justificatives des réclamations, Guen~e raciste, 1912, MAEParis, AD, NS, Cuba,~caja 27, Indemnités cubaines, 1908-18, Dossier particuliers; Mason to Leech, 14 de junio de 1912, PRO, FO 27/183, no. 97; ibíd., 18 de junio de 1912, PRO, FO 277/183, no. 104; Goodrich to Lewis, 21 de junio de 1912. NA, RG 59, 837.00/848; Report of Sgt. Henry C. Davis, 25 de junio de 1912, NA, RG 59, 837.00/884; Circular de la secretaria del obispado. en Boletín Oficial Eclesiástico de la diócesis de La Habana (3 0de junio de 1912): 135.


Tomado de  Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba (1886-1912), editorial Imagen Contemporanea, 2000 

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