mardi 22 octobre 2013

Cuba es el problema, España la solución.

Por Adalberto Ranssell-Levis

La Circe de los Historiadores subvierte y convierte todo el pasado en objeto de un pragmático y afanado trabajo a favor de la de-construcción de la historia real,
para con los escombros de la verdad construir una nueva historia, haciendo que la ficción o lo aparencial suplante a lo real. Los molinos de vientos ya no son sino gigantes. Los que van encantados no tienen remordimiento, ni necesidad de leer más de tres renglones de aquello que representa una visión diferente y que rompe con los modelos éticos de la tradición. De manera que la fábula ha conseguido convertir a los perceptores en personajes que se mueven en ella y contribuyen a reforzarla. Los moralistas, los inquisidores, los oficialistas, los revolucionarios, los que tienen y promulgan la verdad de la verdad establecen qué es ridículo y qué es sublime. Esto… sin duda se da en los regímenes totalitarios y en individuos que aunque viven en países libres llevan es sí a un dictador como los muros de la Bastilla las piedras que los hacen posibles.


La labor de deshacer “toda la narrativa heroica mística que ha desnaturalizado la historia de la hispanidad” es, creo yo, encomiable aunque
solo valga para restaurar con justicia la verdad histórica de nuestros pueblos.

La democracia nos permite expresar, argumentar y responder libremente, por tanto debíamos leer, estudiar y razonar los argumentos ajenos sin desmeritarlos por el simple hecho de no coincidir o estar en desacuerdo con ellos. Las normas más elementales de convivencia social no sólo exigen el respeto hacia una mayoría de ciudadanos que coinciden en sus planteamientos, es también el respeto a la opinión de las minorías, incluso al individuo. De hecho no hay democracia en donde el individuo sea marginado o rechazado por tener ideas atípicas o disonantes. La buena salud de una sociedad se expresa en el respeto a todos y cada uno de las personas que la conforman.

Integracionismo no es lo mismo que integrismo, si la premisa es errada la conclusión también debe serla. Tanto el Proyecto de la Asociación Autonomía
Concertada para Cuba como el del Partido Autonomista Cubano-Español muestran que toda aspiración o propósito de ellos está basado en el respeto a las reglas democráticas de una Cuba post-Castro. Por otro lado vivimos en medio de la Tercera Gran Revolución Existencial de la Humanidad, la de las Comunicaciones y la Informática, por tanto no es nada extraño que CUBANET sea un lugar abierto para todas las opiniones, incluso para que las palabras de cuatro gatos y un perro se tomen en cuenta y se divulguen.

“…los Castro abren la válvula de la emigración para calmar las tensiones sociales cada cierto tiempo. Ocurrió en los años ochenta del pasado siglo con el éxodo del Mariel, en los noventa tras el Maleconazo y ahora en los 2000 con el Españolazo…” Esto lo que ha escrito Ferrán y es cierto, decir la verdad honra.

Una población con mucho más del 5% de personas con ciudadanía española claro que es una fuerza política que habría necesariamente que tomar en cuenta a la hora de hacer un cambio político y de cualquier índole. Creo que es imposible obviar esa realidad, no sé, señor, que pega le pone a ese asunto.

Por otro lado Ferrán no miente cuando afirma que no sólo Ignacio Agramonte, era un empedernido anexionista y anti-socialista, lo eran también, por solo citar dos “patriotas” más; Cisneros Betancourt y Narciso López, incluso nuestra enseña nacional tiene algo que ver con eso. Libros de historia de Pichardo o de Emilio Roig de Leusehring nos muestran y demuestran con abundantes pruebas que “nuestros próceres” fueron anexionistas. En el libro de Juan J. Pastrana, editado en Cuba en 1974, aparecen íntegramente documentos y cartas relacionados con Ignacio Agramonte, uno de los firmantes de las cartas de la Asamblea del Centro. En verdad el independentismo fue el instrumento utilizado para facilitar la anexión de Cuba a Estados Unidos. “Las cartas… al presidente Grant y al general Banks del 6 de abril de 1869, firmadas, entre otros, por Ignacio Agramonte demuestran (… que este y muchos de los independentistas optaban por el Anexionismo.) La semántica de estas misivas no admiten duda: “Parece que la Providencia ha hecho coincidir estos acontecimientos con la exaltación al Poder del partido radical que representáis, porque sin el apoyo que de ese partido aguardamos, puestos en lucha los cubanos con un enemigo sanguinario, feroz, desesperado y fuerte, si se consideran nuestros recursos para la guerra vencerán ( los cubanos ) si, que siempre vence el que prefiere la muerte a la servidumbre, pero Cuba quedara desolada, asesinados nuestros hijos y nuestras mujeres por el infame gobierno que combatimos, y cuando según el deseo bien manifiesto de nuestro pueblo, la estrella solitaria que hoy nos sirve de bandera, fuera a colocarse entre las que resplandecen en la de los Estados Unidos, sería una estrella pálida y sin valor¨.


¨Cuba desea después de conseguir su libertad, figurar entre los Estados de la gran República; así nos atrevemos a asegurarlo interpretando el sentimiento general. Puede Ud. estar seguro que si los E.U. no se apresuran a proporcionarnos sus valiosos auxilios, una larga guerra mantenida con un enemigo que conociendo su impotencia tala y destruye los campos que ya no volverá a poseer, ha de cubrir de ruinas nuestro hermoso país. A la gran República, como defensora de la libertad, como Nación a cuyos brazos nos lanzaremos terminada la guerra, y como protectora de los destinos de América, le corresponde en rigor, dar con su influjo un término inmediato a esta terrible contienda.¨

Creo que Ferrán acertó al escribir que Máximo Gómez si bien era un buen militar, no fue un buen político; solo con las armas no se conquista la libertad ni se funda una nación. Los militares sirven para obedecer, los políticos para gobernar.

Por otro lado para nadie es un secreto que desde la época en que vivió Martí al estado de cosas actual ha cambiado de manera sustanciosa tanto el contexto histórico de Cuba como el internacional. Otros son los problemas por tanto otras deben ser las soluciones. Los que siguen anclados en remedies decimonónicos no comprenden que está sucediendo en un mundo donde los países más poderosos se integran en grupos de poder; políticos, militares y económicos, con el fin de ser más competitivos en todos los aspectos del hacer y saber humano. Quienes permanezcan al margen de estos núcleos de poder tendrán para sí que son libres e independientes y hasta llevaran sus banderas a Naciones Unidas, enseñaran sus escudos y pájaros nacionales en las aulas, pero les dará vergüenza decirles a sus ciudadanos que son parte de un mundo donde los hombres no son más que mano de obra barata y proveedor de materias primas que tienen precios marcados por los señores y estados que rigen el Nuevo Orden. También, igual a hoy, señalarán con orgullo que tienen fronteras, pero no dirán que quienes pueden entrar y salir de sus países son los poderosos, mientras que para la mayoría de los ciudadanos hijos de países libres e independientes (no integrados) se les seguirá vetando viajar o trabajar fuera de sus fronteras.

Cuba es el problema, España la solución. Cuba necesita estar de golpe entre los países del primer mundo y esto se conseguiría a través de España. En la Unión Europea están los mayores avances sociales conseguidos por la humanidad en toda su historia.

No creo que usted sea un Nacionalista de corazón aunque sí lo es sobradamente de palabras. Y digo: lo primero hay que demostrarlo. Y eso es cuando llegue la hora, si Cuba eligiera ser libre e independiente, tendrías una gran oportunidad, en esas nueva condiciones podrás entregar tu pasaporte francés, inglés… o norteamericano para junto a los cubanos libres e independientes de las islas de Cuba trabajar para los franceses, ingleses… o norteamericanos. Si lo haces entonces si eres un nacionalista de corazón, pues por demostrado estaría que lo que has querido para ti lo has deseado para los demás. Si no lo hace, es usted, con todo el respeto que se merece, un cantamañanas.

Del tema se puede hablar mucho, pero yo prefiero llegar hasta aquí y dejar por cita una frase de Bachelard: “Dos hombres, si quieren entenderse verdaderamente, han debido primero contradecirse. La verdad es hija de la contradicción no de la simpatía”

Salud e integración.

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